Fandango de España, José Blasco de Nebra (1702 – 1768)
Fandango, Santiago de Murcia (1682 – 1735)
Marionas, Gaspar Sanz
Xácara, Anonymous
Obra por 5º tono. Preludio Grabe y Giga, Santiago de Murcia
after Arcangelo Corelli (1653 – 1713)
Toccata XI, Giovanni Girolamo Kapsberger (c1580 – 1651)
Variations over La Españoleta, Anonymous
Preludio, Conte Ludovico Roncalli (s. XVII)
Passacaglia, Giovanni Girolamo Kapsberger
Bayle del Gran Duque, Anonymous
Caponas & Chaconas (Improvisations)
Cumbees, Santiago de Murcia
Folías, Anonymous
Colascione, Giovanni Girolamo Kapsberger
Passacaglia, Johann Caspar Ferdinand Fischer (1656 – 1746)
Recercada I, Diego Ortiz (1510? – 1570?)
Variations over El Baile de las Antorchas, Anonymous
Folías Gallegas, Santiago de Murcia
Fandango, Domenico Scarlatti (1685 – 1757)
NOTAS AL PROGRAMA
Por Aaron Zapico
Música Ibérica para consort de continuo.
A principios de 1600, La Cecchina, o Francesca Caccini, una
mujer de carácter fiero y emprendedor, afronta sus primeras actividades
musicales bajo el estandarte familiar de Concerto Caccini, junto con su padre,
su madrastra, su hermana y su hermano. Persuadidos por esta sencilla iniciativa
musical, los tres hermanos Zapico, Aarón, Pablo y Daniel, crean su particular
programa Concerto Zapico con el mutuo empeño de explorar y ampliar sus
posibilidades como músicos. El resultado es la mínima expresión de Forma Antiqva,
un grupo que desde que lo crearan en 1998 les acompaña en toda su carrera
profesional por buena parte del mundo y del que es su base instrumental. Ahora,
esa naturaleza que siempre ha caracterizado el continuo de Forma Antiqva es la
protagonista.
Las obras que conforman este disco se enmarcan dentro del
repertorio ibérico-italiano de los siglos XVII y XVIII para clave, guitarra y
tiorba, es decir, para sus instrumentos. Un repertorio que les resulta cercano
y familiar. Escogen obras escritas originalmente para solista pero las
transcriben y arreglan para poderlas tocar también en dúo o trío; después de
todo, son hermanos, es inevitable. Y en realidad, ésta fue una costumbre tan
frecuente como práctica en toda la historia de la música.
Así, cada uno de los Zapico selló un tercio del programa con
su personalidad; con su idea de la agrupación. Seleccionó sus obras solistas a
las que posteriormente se añadieron sus hermanos en un trabajo conjunto muy
fructífero y creativo. Podemos concluir que estas obras han madurado durante
mucho tiempo, conciertos y lugares.
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